Envases

Mucho más que conservar

Con mayor o menor peso según el artículo, los envases juegan un papel clave en el desarrollo del sector agroalimentario. Situada en la mira de consumidores cada vez más exigentes, la industria del envase debe desarrollar continuas innovaciones para lograr packaging que conserven la calidad del alimento, resulten atractivos y cómodos y que, además, generen mínimos desechos domésticos, con menor contaminación ambiental. Considerado como parte integral del producto, el envase influye sobre la decisión de compra del consumidor y constituye una importante herramienta de marketing para la obtención de ventajas competitivas que permitan acceder a nuevos clientes, tanto en los mercados locales como en los externos.

Actualmente el envase es parte integral del producto e influye sobre su evaluación cualitativa y en la decisión de compra de los consumidores. Cumple las funciones de contener, proteger el alimento, facilitar el consumo, informar y promover su venta.

El diseño del envase contempla los siguientes parámetros:

  • Valoración del producto.

  • Riesgos de distribución.

  • Requerimientos de marketing.

  • Cuidado ambiental.

  • Selección del material de envasado y consideraciones de equipamiento.

La valoración del producto permite determinar las formas en que éste puede reaccionar en contacto con el envase y cuál es su interacción con los distintos materiales de envasado, en las diferentes posibilidades de fraccionamiento.

Para analizar el riesgo en la distribución se evalúa el tipo de transporte utilizado y cuál es la resistencia de cada material. Se busca, además, una relación óptima entre el volumen de envasado y el costo de transporte.

El envase no sólo proyecta la imagen del producto que contiene, sino también la de la empresa que lo produce. Por ello, su diseño debe alinearse con la estrategia de posicionamiento de la marca y del producto.

El impacto ambiental de los envases desechados es un tema que requiere un cuidado especial, en una sociedad con una creciente "conciencia ecológica" y con normativas cada vez más exigentes.

La apreciación del consumidor, desde su visión "de ciudadano" es que los envases constituyen una amenaza al medio ambiente. Sin embargo a la hora de comprar decide qué producto adquirir en gran parte por el packaging, eligiendo uno vistoso, cómodo, multiuso, autoportante y sólido. Finalmente, cuando el envase queda vacío, su deseo es que sea pequeño y de fácil disposición. Más aún, se molesta no sólo por la contaminación visual, sino también por la rapidez con que se llenan las bolsas de residuos. De cualquier modo, en la próxima compra, no se resignará a adquirir un producto envasado "pobremente". Así, el circuito continúa.

La utilización de envases biodegradables sólo resulta óptima para nichos de mercado muy específicos, donde los consumidores se encuentran preocupados por la ecología pero además están dispuestos a pagar un "plus" sobre el producto tradicional. La incorporación de algunas innovaciones, como los biopolímeros derivados de lípidos, proteínas o almidones, aún no resulta viable debido a sus costos.

Los envases retornables, ampliamente empleados en alimentos líquidos, requieren la posterior recolección, higienización y acondicionamiento antes de volver a ser utilizados. La recolección representa un costo importante, sobre todo cuando el mercado es extenso y se deben recorrer grandes distancias. En el análisis sobre el mayor o menor impacto ambiental de este sistema no debe dejarse de lado la importante cantidad de energía utilizada en sus etapas y los recursos empleados en la generación de la misma.

Por último, y sobre la base de las consideraciones anteriores analizadas, se seleccionan los materiales de los envases, los embalajes adecuados y el equipamiento requerido para todo el proceso.

Legislación: definición, materiales y usos

La resolución MERCOSUR GMC Nº 36/93 (incorporada al Código Alimentario Argentino) define tres tipos de envases, según su proximidad con el alimento:

  • Envase primario, envoltura primaria o recipiente: es el que se encuentra en contacto directo con el alimento.

  • Envase secundario o empaque: es el que contiene a los envases primarios.

  • Embalaje: es el que contiene uno o varios envases secundarios.

La resolución MERCOSUR GMC Nº 3/92 (también incorporada al Código Alimentario Argentino) establece los criterios generales de los envases y equipamientos alimentarios que se hallan en contacto con alimentos. Define al envase alimentario como el artículo, en contacto directo con el alimento, destinado a contenerlo desde su fabricación hasta su entrega al consumidor. Su finalidad es proteger a los alimentos de agentes externos de alteración y contaminación, y de la posibilidad de adulteración. En todos los casos, los envases deben disponer de un cierre o sistema de cierre que eviten su apertura involuntaria en condiciones razonables.

Los envases no incluyen los materiales que forman una unidad con los alimentos y se consumen junto con ellos, como por ejemplo la corteza de ciertos quesos, las tripas naturales de los embutidos o el recubrimiento utilizado para proteger algunas frutas.

Los materiales para la confección de envases están clasificados en diferentes categorías, existiendo resoluciones específicas para cada caso. Son normativas que detallan las disposiciones generales, listas positivas (enumeraciones taxativas de los materiales autorizados) y métodos de ensayo según el material a utilizar:

  • Materias plásticas, que incluyen barnices y revestimientos.

  • Celulosas regeneradas.

  • Elastómeros y cauchos.

  • Papeles y cartones.

  • Cerámicas.

  • Vidrio.

  • Metales y Aleaciones.

  • Madera, incluido el corcho.

  • Productos textiles.

  • Ceras de parafinas y ceras microcristalinas.

Porcentaje de participación de envases y embalajes
en la estructura de costos

Rama

Actividad

% (*)

1513

Elaboración y conservación de frutas, legumbres y hortalizas.

26,6%

1552

Elaboración de vino, sidra y otras bebidas alcohólicas fermentadas.

21,6%

1541

Elaboración industrial de productos de panadería.

17,0%

1551

Destilación, rectificación y mezcla de bebidas espirituosas, y de alcohol etílico.

14,7%

1543

Elaboración de cacao, chocolate y productos de confitería.

12,2%

1554

Elaboración de agua, soda, hielo, jugos de frutas, bebidas sin alcohol.

11,7%

1531

Molienda de trigo, arroz, otros cereales y legumbres.

8,6%

1553

Elaboración de cerveza, bebidas malteadas y malta.

7,4%

1520

Elaboración de productos lácteos.

6,8%

1542

Elaboración de azúcar.

6,0%

1511

Matanza de ganado. Producción, procesamiento y conservación de carnes.

3,7%

1532

Elaboración de almidones y productos derivados del almidón.

3,4%

1549

Elaboración de café, té, yerba mate y de otros productos no clasificados.

3,0%

1514

Elaboración de aceites y grasas de origen vegetal.

0,4%

(*) % de participación de envases y embalajes en la estructura de costos.

Fuente: Direción de Industria Alimentaria sobre la base de datos de la Universidad Nacional de Quilmes.

Las listas positivas incluyen los materiales que han probado ser inocuos. Estos deben seguir criterios de pureza que se determinan según su utilización, y cumplir con límites de migración total (total de sustancias transferidas) y específica (sustancia de interés transferida) a fin de que no exista riesgo para la salud humana, ni se produzca una modificación inaceptable en la composición o en las características sensoriales del alimento.

Existen numerosos casos de componentes incluidos en la lista positiva, que debido a su interacción con los mismos no se consideran aptos para el envasado de determinados alimentos,.

El envase y la estructura de costos

Según se desprende de la Encuesta Anual de la Industria Alimentaria realizada por la Dirección Nacional de Alimentación y la Universidad Nacional de Quilmes, el peso de envases y embalajes en la estructura de costos de las empresas alimentarias es amplio y varía según el sector analizado.

 

La encuesta releva la estructura de costos de las empresas alimentarias para los siguientes ítems: materia prima, mano de obra, envases, transporte, comercialización, administración, publicidad y otros costos. Las firmas han sido agrupadas según su actividad principal, de acuerdo con la Clasificación Industrial Internacional Uniforme (CIIU).

 

La participación de envases y embalajes en la estructura de costos presenta una importante diversidad entre ramas y no permite un mayor análisis del amplio abanico de productos y formas de presentación. A pesar de lo expuesto, se pueden visualizar las diferencias existentes entre los sectores con mayor participación de productos preparados para consumo final y el canal institucional, y los que proveen a la industria y/o fraccionadores. También se advierten los sectores para los cuales los envases -por razones de conservación, presentación y/o posicionamiento- son una pieza clave para los productos.

  

La elaboración y conservación de frutas, legumbres y hortalizas es una de las ramas que se destaca por la importante participación de los envases en su estructura de costos. En estas actividades, la conservación mediante la utilización del envasado y posterior tratamiento térmico es clave para la preservación, transporte y comercialización del alimento. Cuando se utilizan técnicas de deshidratación, los envases presentan una menor participación en el costo total porque el producto se destina, principalmente, al sector industrial.

 

Otra de las ramas en que los envases presentan importancia en la estructura de costos es la elaboración de vino, sidra y otras bebidas alcohólicas fermentadas. En esta actividad el envase es parte imprescindible de la presentación del producto, por lo cual la atención no sólo está puesta en la conservación sino, principalmente, en la diferenciación y distinción de la bebida. Estas consideraciones son extensibles, y aún más acentuadas, en la rama de destilación, rectificación y mezcla de bebidas espirituosas.

 

La elaboración industrial de productos de panadería y la elaboración de cacao, chocolate y productos de confitería presentan una significativa similitud en estructura de costos, que incluye a los envases. Estos sectores abarcan una gran diversidad de productos y presentaciones que tienen en común la fragilidad mecánica y la sensibilidad a las condiciones de humedad. Por ello, los envases utilizados deben disminuir estos riesgos y ser, a la vez, un arma de venta para los sectores vinculados a la compra por impulso: galletitas, golosinas, alfajores y chocolates.

 

Las ramas en que los envases presentan una menor participación en la estructura de costos analizadas tienen la peculiaridad de estar vinculadas con la provisión directa a otras industrias, ya sea en el mercado local o en mercados externos, como por ejemplo, el sector de elaboración de aceites y grasas de origen vegetal que coloca más del 90% de su producción como aceite a granel.

 

Una particularidad a destacar se presenta en la matanza de ganado, producción, procesamiento y conservación de carnes dada la forma de comercialización de estos productos en el mercado interno. El tradicional canal de venta (las carnicerías) y todos los eslabones que lo anteceden no hacen uso de envase alguno. Esta tendencia empieza a revertirse a partir de la mayor participación de cortes congelados o envasados al vacío, hamburguesas, productos rebosados, y a la presentación de cortes fraccionados en bandejas en las góndolas de los supermercados.

 

Con mayor o menor peso según el artículo, los envases juegan un papel clave en el desarrollo del sector alimentario argentino. La mayor vida útil, la practicidad de uso, una apariencia más agradable y la facilidad para la distribución de los productos son herramientas necesarias para obtener ventajas que permitan acceder a nuevos clientes en los mercados locales y externos.

         

Autorización de envases en contacto con alimentos
para establecimientos habilitados por el SENASA

Es otorgada por la Dirección de Laboratorios y Control Técnico, Coordinación Laboratorio Animal (SENASA).
Los trámites para solicitar la autorización tienen que ser realizados por profesionales ó técnicos, quienes deberán acreditar poder otorgado por la empresa. La gestión se realiza en Av. Fleming 1653 (1640) Martínez, Buenos Aires, los días martes (de 8:30 hs a 12:00 hs y de 13:00 hs a 14:00 hs) y jueves (de 8:30 hs a 12:00 hs). Tel/Fax: (011) 4836-1114/16/17/21.
El costo total de una autorización varía entre los $180 y los $1500 (inicialmente deben abonarse $100): los aranceles más bajos se relacionan con la aprobación de un material y lo más altos con envases completos de varios colores. Es decir, el costo del trámite depende del tipo de envase, en promedio unos $300, y el período necesario para completar la autorización es de 30 a 90 días.

           

Sistema para garantizar la cadena de frío en los alimentos

Un grupo de científicos del Centro Atómico de Bariloche está desarrollando un dispositivo que permitirá comprobar si la cadena de frío -necesaria para mantener en buenas condiciones los alimentos perecederos- fue debidamente respetada. El ingenioso sistema, diseñado para ser adherido a los envases de los alimentos que requieren frío para su conservación, es del tamaño de una aspirina y su empleo en la industria alimentaria constituye una nueva herramienta para que los consumidores puedan comprobar la calidad de los productos que adquieran, cuidar su salud y evitar intoxicaciones. Sólo observando el color del sensor se podrá saber si el producto conservó la temperatura indicada por el fabricante y se mantiene apto para el consumo. Una vez adquirido y ya en casa, el sistema servirá para controlar si los alimentos quedaron demasiado tiempo fuera de la heladera o al rayo del sol. Los científicos aseguran que se podrá, además, estimar durante cuánto tiempo se dejaron de respetar las temperaturas máximas permitidas.
El dispositivo está formado por una cápsula que contiene un compuesto químico detector. Esta cápsula puede ir montada sobre una tira de papel poroso, un material cerámico o un hilo, según el caso. El compuesto químico detector tiene la capacidad de pasar del estado sólido al líquido cuando sube la temperatura, en especial entre registros críticos. Por lo general, esos registros están entre 2 y 8 grados centígrados. A las temperaturas que deben mantenerse en las cadenas de frío el compuesto mantiene el estado sólido. Pero cuando se superan esas marcas térmicas la sustancia se derrite, fluye y tiñe de color la tirita de papel.
La idea es que, si se rompe la cadena de frío de un producto, el papel quede coloreado de forma "visible y evidente" para el consumidor. La mancha se acentuará cuanto más altas sean las temperaturas que se alcanzaron y mayor haya sido el tiempo de exposición al calor.
En el diseño, los miembros del Centro Atómico de Bariloche tuvieron en cuenta que el costo del sistema debía ser muy bajo, para no encarecer el producto en el que irá adherido. De acuerdo con los cálculos efectuados por los investigadores del proyecto, cada dispositivo costaría menos de 10 centavos. No obstante, su valor exacto podrá determinarse sólo cuando sea fabricado en grandes cantidades.

Fuente: Clarín, 8 de agosto de 2000.

                    

Curiosidades históricas

Desde los tiempos en que el hombre comenzó a utilizar los frutos de la naturaleza para su alimentación se inició el desafío de preservarlos, transportarlos y almacenarlos.
Lograr que los alimentos estén adónde y cuándo se los precisa, y con la calidad requerida, se debe en buena medida a la adecuada elección del envase.
Los envases y su relación con la provisión segura de alimentos han jugado un papel destacado a lo largo del desarrollo de la humanidad. Tanto es así que algunos historiadores atribuyen parte de la responsabilidad de la caída del Imperio Romano a la costumbre de conservar el vino en vasijas de plomo. La inadecuada elección del envase provocó la aparición de saturnismo, intoxicación producida por la ingesta de sales de plomo, que habría minado la salud de buena parte de la clase dirigente del Imperio.
Al igual que en otras tecnologías, el sistema de envasado dio importantes saltos evolutivos merced a las necesidades impuestas por los ejércitos en contienda. Así en 1810, debido a la estrategia de tierra quemada utilizada por sus oponentes, Napoleón otorgó a Nicolás Apert un premio de 12 mil francos por el desarrollo del proceso de conservación en latas, aunque en ese momento, se limitó a utilizar frascos de vidrio. Más tarde, la conquista del oeste norteamericano impulsó el crecimiento de la industria conservera, dado que los colonos tuvieron que recorrer largos trayectos sin posibilidad de reaprovisionamiento y la adecuada preservación y transporte de los alimentos eran esenciales para la travesía.

               

Ing. Alim. Walter F. García
 Ing. Alim. Juan M. Alderete

Fuentes consultadas

"Adecuar las técnicas de seducción al siglo XXI", Ing. Alim. Mariana Lorenzi. Énfasis Packaging. Expo Pack 99: Jornadas sobre packaging en contacto con alimentos, medicamentos y cosméticos. Instituto Argentino del Envase. SENASA. Universidad Nacional de Quilmes. Universidad Nacional de Lanús. Alimentos Procesados. Manual de envasado, Meyer y Meyer.


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